Problemas de comportamiento en perros adoptados
Adoptar un perro puede ser una experiencia divertida, pero a menudo conlleva sus propios retos, sobre todo cuando se trata de problemas de comportamiento derivados de experiencias pasadas.
Muchos perros adoptados tienen problemas de comportamiento derivados de la desconfianza o la incomprensión de la conducta humana.
Aunque algunos problemas requieren la intervención de un profesional, muchos pueden resolverse con tiempo, paciencia y comprensión.
En esta guía, exploramos los problemas de comportamiento más comunes en los perros adoptados y ofrecemos estrategias prácticas para gestionarlos y abordarlos.
Comprendiendo las causas subyacentes de estos comportamientos y aplicando las técnicas adecuadas, los propietarios pueden crear un entorno propicio en el que sus perros adoptados puedan desarrollarse.
Evitar que su perro se escape
Las tendencias callejeras son comunes en los perros adoptados, a menudo debido a sus instintos naturales o a experiencias pasadas.
Algunas razas, en particular, tienden a explorar, lo que las expone a un mayor riesgo de vagabundeo.
Sin embargo, la itinerancia entraña varios peligros, como posibles accidentes, conflictos con otros animales o incluso unirse a manadas, lo que puede acarrear más complicaciones.
Para atajar eficazmente este problema, los adoptantes deben tomar medidas proactivas para evitar que sus perros se escapen.
Una medida primordial es aplicar técnicas adecuadas de vallado para asegurar el perímetro de su propiedad.
Esto significa que tienen que instalar vallas que no sólo sean altas, sino también lo bastante robustas para resistir los intentos de robo.
Hay que tener en cuenta que confiar únicamente en las vallas electrónicas no siempre es infalible, ya que algunos perros pueden encontrar formas de saltarse o ignorar estos límites.
Además, es fundamental que los adoptantes no dejen a sus perros fuera sin supervisión, sobre todo en zonas donde puedan extraviarse fácilmente.
Garantizar una estimulación mental y física adecuada mediante ejercicio regular y actividades divertidas puede aliviar la inquietud que suele llevar a los perros a vagabundear.
Reducir los ladridos excesivos
Los ladridos excesivos son un problema de comportamiento habitual en muchos perros adoptados, a menudo debido a diversas causas subyacentes, como el abandono, el miedo o los instintos territoriales.
Abordar este problema es crucial no sólo para el bienestar del perro, sino también para mantener relaciones armoniosas con vecinos y compañeros de casa.
La supervisión y las técnicas de distracción pueden ser herramientas valiosas para reducir los ladridos excesivos.
Centrar la atención del perro en actividades más positivas, como juguetes interactivos o ejercicios de adiestramiento, puede ayudar a los adoptantes a aliviar el aburrimiento y la ansiedad, reduciendo las ganas de ladrar incesantemente.
Las técnicas de recompensa positiva también pueden desempeñar un papel crucial en la modificación del comportamiento ladrador.
Recompensar los momentos de calma o tranquilidad con golosinas o elogios refuerza el comportamiento deseado y anima al perro a repetirlo.
Además, crear una rutina constante y proporcionar una estimulación física y mental adecuada puede ayudar a aliviar los factores de estrés subyacentes que contribuyen a los ladridos excesivos.
En casos extremos en los que los ladridos persisten a pesar de la intervención, los adoptantes pueden tener que explorar otras opciones, como un collar antiladridos o, como último recurso, el descortezado.
Sin embargo, estos métodos sólo deben considerarse tras consultar con un veterinario o un especialista en comportamiento para asegurarse de que son apropiados y no crueles.
Enseñar a los perros a dejar de saltar
Saltar sobre las personas es un problema de comportamiento común en muchos perros adoptados, a menudo derivado de la excitación, la búsqueda de atención o la falta de adiestramiento.
Aunque aparentemente inocente a primera vista, este comportamiento puede llegar a ser problemático, especialmente si el perro es grande o exuberante, pudiendo causar lesiones o molestias tanto al perro como a las personas de su entorno.
Una técnica eficaz para disuadir de saltar es ignorar por completo el comportamiento.
Si el perro salta, las personas deben abstenerse de cualquier forma de atención, incluido el contacto visual o las reprimendas verbales.
Esto envía un mensaje claro al perro de que saltar no es una forma eficaz de obtener atención o afecto.
Al mismo tiempo, los adoptantes deben reforzar y recompensar los comportamientos deseados, como sentarse tranquilamente o saludar cortésmente a la gente con las cuatro patas en el suelo.
Al recompensar sistemáticamente este comportamiento con golosinas, elogios o afecto, los adoptantes pueden animar al perro a adoptar saludos e interacciones más apropiados.
Además de ignorar el comportamiento no deseado y reforzar las alternativas positivas, el uso de ayudas como collares y correas puede proporcionar un control adicional y ayudar a controlar el comportamiento de salto.
Desviando la atención del perro y dirigiendo sus movimientos, los adoptantes pueden evitar el comportamiento saltarín y fomentar interacciones más controladas y respetuosas con las personas.
Detener la masticación destructiva
La masticación destructiva es un problema de comportamiento frecuente en perros adoptados, a menudo debido a una combinación de factores como el aburrimiento, la ansiedad o la dentición.
Aunque masticar es un comportamiento natural de los perros, puede volverse destructivo si se dirige a objetos inadecuados como muebles, zapatos u objetos domésticos.
Comprender las razones de la masticación destructiva es esencial para abordar eficazmente este comportamiento.
Los adoptantes deben reconocer que masticar tiene varias finalidades para los perros, como aliviar el aburrimiento, el dolor dental o la ansiedad.
Al identificar la causa subyacente del comportamiento, los adoptantes pueden aplicar estrategias para redirigir la masticación hacia salidas más apropiadas.
Una técnica eficaz para frenar el comportamiento destructivo de masticar es dar al perro muchos juguetes y huesos adecuados para morder.
Estos juguetes deben ser duraderos, seguros y atractivos para el perro, animándole a redirigir su comportamiento masticatorio hacia alternativas aceptables.
Además, alternar los juguetes con regularidad puede ayudar a mantener al perro ocupado y evitar que se aburra.
La supervisión es otro aspecto crucial del control de la conducta masticatoria destructiva. Los adoptantes deben vigilar de cerca el comportamiento de su perro, sobre todo durante los periodos de mayor actividad o cuando lo dejan sin supervisión.
Al sorprender al perro mordiendo objetos inadecuados, los adoptantes pueden interrumpir el comportamiento y reorientar al perro hacia actividades más apropiadas.
En los casos en que la masticación destructiva persiste a pesar de la intervención, puede ser necesario utilizar elementos disuasorios como aerosoles de sabor amargo o alarmas de movimiento.
Estos elementos disuasorios pueden ayudar a disuadir al perro de morder objetos prohibidos haciéndolos menos atractivos o introduciendo asociaciones negativas.
Dejar de morder y pellizcar
Pellizcar y morder son comportamientos que suelen mostrar los perros adoptados, a menudo debido a diversos factores como el juego, la dentición o la falta de socialización.
Aunque este comportamiento en los cachorros pueda parecer inofensivo, puede derivar en problemas más graves si no se aborda, provocando lesiones o molestias tanto para el perro como para su entorno.
La constancia y la paciencia son esenciales a la hora de abordar el comportamiento de morder. Los adoptantes deben responder sistemáticamente a los mordiscos retirando la atención y reforzando las alternativas positivas, como ofrecer un juguete para morder o dirigir la atención del perro hacia actividades más apropiadas.
Es esencial evitar los juegos bruscos o fomentar comportamientos que puedan reforzar los mordiscos involuntarios.
Además, ofrecer suficientes oportunidades de socialización y enseñar a inhibir las mordeduras mediante clases para cachorros o adiestramiento en obediencia puede ayudar a abordar el comportamiento mordedor en los perros jóvenes.
Enseñar a los perros a usar la boca con suavidad y reforzar un comportamiento tranquilo y no agresivo puede ayudar a evitar que las mordeduras se conviertan en problemas más graves.
Cómo conseguir que su perro deje de mendigar
Mendigar comida es un comportamiento que se observa con frecuencia en perros adoptados, a menudo debido a experiencias previas de inseguridad alimentaria o al refuerzo del comportamiento por parte de propietarios bienintencionados pero ignorantes.
Aunque a primera vista pueda parecer inofensivo o incluso entrañable, dejar que persista el comportamiento de mendigar puede acarrear numerosos problemas, como obesidad, problemas digestivos y alteración de las rutinas alimentarias.
Los adoptantes deben reconocer que la mendicidad suele deberse al deseo de comida y atención del perro, pero también a un comportamiento aprendido de experiencias anteriores.
Al comprender estas motivaciones, los adoptantes pueden aplicar estrategias para desalentar la mendicidad y promover un comportamiento más adecuado a la hora de comer.
Los padres adoptivos deben establecer normas y límites claros en relación con el horario de las comidas y el comportamiento alimentario, y asegurarse de que todos los miembros de la familia los respetan.
Esto puede incluir dar de comer al perro en una zona apartada de la mesa y no ceder a la mendicidad, por tentadora que sea.
Utilizar técnicas de refuerzo positivo también puede ayudar a desalentar el comportamiento de mendicidad.
Recompensar al perro por permanecer tranquilo y sentado en silencio durante las comidas refuerza el comportamiento deseado y anima al perro a repetirlo.
Además, darle juguetes interactivos o alimentos rompecabezas puede ayudar a desviar la atención del perro de la mendicidad a actividades más estimulantes mentalmente.
Corregir la excavación destructiva
La excavación destructiva es un problema de comportamiento común en perros adoptados, a menudo derivado de instintos como la caza, el marcaje del territorio o la búsqueda de refugio fresco.
Aunque escarbar es un comportamiento natural de los perros, puede volverse problemático si se dirige a zonas inadecuadas, como parterres, césped o plazas de jardín.
Una técnica eficaz para recuperar el jardín de un excavador consiste en asignar al perro zonas de excavación.
Estas zonas deben definirse claramente y rellenarse con tierra suelta o arena para imitar la textura de las superficies de excavación naturales.
Animar a los perros a cavar en estas zonas designadas satisface su necesidad instintiva de cavar a la vez que preserva el resto del jardín.
Los adoptantes deben vigilar de cerca el comportamiento de su perro en el exterior, especialmente durante los periodos de mayor actividad o cuando se le deja sin supervisión.
Al sorprender al perro escarbando en zonas inadecuadas, los adoptantes pueden interrumpir el comportamiento y dirigir al perro a la zona designada para escarbar.
Además de proporcionar zonas designadas para excavar, proporcionar una estimulación mental y física adecuada mediante ejercicio regular y juguetes interactivos puede ayudar a contrarrestar el aburrimiento y reducir el deseo del perro de excavar.
Involucrar al perro en actividades como la búsqueda, el entrenamiento de agilidad o los juegos de ingenio puede ayudar a utilizar la energía del perro de una forma más constructiva.
Cómo afrontar la ansiedad por separación
La ansiedad por separación es un problema de comportamiento común en muchos perros adoptados, a menudo derivado de experiencias pasadas de abandono, negligencia o cambios en las situaciones de vida.
Los perros con ansiedad por separación pueden mostrar una serie de comportamientos angustiosos cuando se quedan solos, como ladridos excesivos, mordisqueo destructivo e intentos de escapar.
Una técnica eficaz para tratar la ansiedad por separación consiste en insensibilizar gradualmente al perro a la soledad.
Se trata de aumentar gradualmente el tiempo que el perro pasa solo, empezando por periodos cortos y ampliándolos gradualmente con el tiempo.
Durante este proceso, es esencial mantener la calma y la compostura al salir y volver a casa, ya que un exceso de señales emocionales puede exacerbar la ansiedad del perro.
Ofrecer comodidad al perro, como un juguete favorito o una manta, puede ayudar a aliviar la ansiedad por separación y proporcionarle una sensación de seguridad durante la ausencia del dueño.
Además, dejar actividades atractivas, como rompecabezas o comederos interactivos, puede ayudar a distraer al perro y mantenerlo mentalmente estimulado durante los periodos de soledad.
Gestión de la agresividad
La agresividad es un grave problema de comportamiento que pueden presentar algunos perros adoptados, a menudo debido al miedo, a malos tratos anteriores o a la falta de socialización.
El comportamiento agresivo puede manifestarse de diversas formas, como gruñidos, ladridos, gruñidos o mordiscos, y puede suponer un riesgo importante tanto para las personas como para los demás animales de la casa.
Una técnica crucial para controlar la agresividad es dar al perro límites claros y normas coherentes.
Establecer el liderazgo y la autoridad mediante técnicas de adiestramiento con refuerzo positivo, como el adiestramiento basado en recompensas y los ejercicios de obediencia, puede ayudar a inculcar un sentido de confianza y respeto en el perro y reducir la probabilidad de arrebatos agresivos.
Evitar las situaciones que provocan comportamientos agresivos es otro aspecto esencial de la gestión de la agresividad.
Los adoptantes deben vigilar atentamente las interacciones de su perro con personas y otros animales y apartarlo de situaciones en las que pueda sentirse amenazado o abrumado.
Ofrecer al perro un espacio seguro y tranquilo donde retirarse cuando se sienta estresado también puede ayudar a prevenir reacciones agresivas.
Cómo tratar al perro maltratado
Los perros maltratados suelen tener problemas específicos que requieren especial atención y comprensión por parte de los adoptantes.
Estos perros pueden haber sufrido traumas, malos tratos o abandono en el pasado, lo que les ha provocado diversos problemas de comportamiento y cicatrices emocionales.
Aunque adoptar un perro maltratado puede ser increíblemente gratificante, también requiere paciencia, empatía y dedicación a su rehabilitación.
Uno de los primeros pasos para tratar a un perro maltratado es proporcionarle un entorno seguro y enriquecedor.
Estos perros pueden mostrarse ansiosos o desconfiados con las personas, por lo que es esencial crear un ambiente tranquilo y predecible en el que se sientan seguros.
Un estímulo suave, un refuerzo positivo y mucho afecto pueden ayudarles a recuperar la confianza en las personas.
Crear un vínculo fuerte con el perro maltratado es crucial para su curación emocional y su rehabilitación.
Pasar tiempo juntos, participar en actividades que estrechen lazos, como jugar o adiestrar, y ganarse pacientemente su confianza puede ayudar a reforzar el vínculo entre el perro y su adoptante.
Es importante abordar las interacciones con sensibilidad y respeto por los límites del perro, permitiéndole progresar a su propio ritmo.
Sobre el autor
Nacida y criada en la ciudad de Madrid, Nora siempre ha sentido un gran amor por los perros. Sus padres, ya jubilados, trabajaban como veterinarios cuando ella era pequeña, lo que despertó su interés por el cuidado de los animales desde muy pronto.