Un cachorro abandonado en un parque por ser diferente encuentra por fin dueños que lo quieren tal y como es

Petey sólo tenía un mes cuando él y su hermanito fueron abandonados en un parque de California, Estados Unidos.

Aunque solitarios y asustados, los pequeños guerreros lucharon por sus vidas.

Afortunadamente, una madre y su hijo pasaron por allí y descubrieron a los dos indefensos cachorros.

La madre se dio cuenta enseguida de la gravedad del problema y los llevó a la SPCA de Sacramento, una organización que ayuda a los animales sin hogar.

Por desgracia, el hermano de Petey no lo consiguió.

Pero Petey, con su pequeño espíritu luchador, siguió peleando.

El veterinario descubrió que tenía llagas en el cuerpo y gusanos en el abdomen.

Además, no podía caminar correctamente.

Con el tiempo, el estado general de Petey mejoró, pero una cosa no cambió: seguía teniendo dificultades para andar.

Entonces se supo que el cachorro padecía hipoplasia cerebelosa, un trastorno neurológico que dificulta el movimiento y la marcha.

La hipoplasia cerebelosa no tiene cura, pero Petey no dejó que eso le detuviera.

Con ayuda, aprendió a comer y a moverse con más facilidad.

A pesar de sus dificultades, Petey era un cachorro juguetón y cariñoso.

Es estupendo, su condición no le impide ser feliz.

Un nuevo hogar

Encontrar una familia para Petey fue difícil debido a su enfermedad.

Pero finalmente, un hermoso día de marzo, la SPCA de Sacramento encontró la familia perfecta para Petey.

Ahora vive feliz para siempre con personas que le quieren tal como es.

La historia de Petey nos enseña que todos los perros, independientemente de sus dificultades, merecen amor y cuidados.