Un cachorro abandonado rompe a llorar al darse cuenta de que lo rescatan
Esta es la historia de Fedor, un cachorrito que, como tantos otros perros, fue abandonado como chatarra sin valor.
Fedor tenía sólo unos días cuando lo encontraron al borde de la carretera y no pudo dejar de llorar al darse cuenta de que "había luz al final del túnel".
La historia de Ferdo
En Rusia, un cachorrito llamado Ferdo se encontraba en unas condiciones terribles.
Cubierto de suciedad y abandonado en una caja de cartón, se enfrentó a un mundo de soledad y dolor.
Una automovilista, Alina, vio algo que se movía, paró el coche y encontró al cachorro llorando a pocos metros de una caja de cartón que distaba mucho de servirle de refugio y consuelo.
El frágil cachorro estaba asustado y ansioso y no entendía lo que estaba pasando.
Lo sacaron de la comodidad y seguridad del nido de su madre y lo dejaron morir de hambre, sed y frío.
Afortunadamente, fue encontrado por alguien con corazón, que no pudo ignorar la situación y seguir adelante como si nada hubiera pasado.
Llorando de dolor y quizá también de alegría, la esperanza empezó a aparecer en la vida de Fedor.
"Sus ojos estaban llenos de dolor y tristeza", dijo Alina.
La ayuda
Alina acurrucó al cachorro en el asiento del copiloto y lo llevó rápidamente al veterinario.
El estado general de Fedor era terrible: estaba sucio, hambriento y aterrorizado.
Es probable que Fedor fuera atacado por otros perros callejeros. Tenía heridas y leptospirosis, una infección bacteriana.
La leptospirosis es potencialmente mortal si no se trata inmediatamente.
Afortunadamente, es curable, pero dada su edad, el riesgo de muerte por esta infección sigue siendo alto.
El veterinario también determinó que el perro estaba desnutrido: aún necesitaba ser amamantado.
Además, Fedor estaba infestado de pulgas y garrapatas, con numerosas picaduras e irritaciones por toda la piel.
Fedor tuvo que quedarse en la clínica. La joven que le había salvado le visitaba todos los días.
Normalmente le llevaba comidas sabrosas y hablaba con él porque solía estar solo en su perrera mientras se recuperaba.
Un final feliz
Tras dos meses de amor, cuidados y tratamientos, Ferdo volvió a ponerse en pie.
Finalmente, recibió el alta hospitalaria y encontró un nuevo hogar: el rescatador se lo llevó a casa y lo tumbó cómodamente en una cama.
El primer día en su nuevo entorno, Fedor durmió casi todo el periodo.
Poco a poco, empezó a dar vueltas por la casa, tratando de entender lo que estaba pasando.
Con su pequeño tamaño y su simpática cara, el cachorro robó el corazón de todos.
Fedor está bien ahora.
Tiene un hogar y todo lo que necesita para estar sano y feliz y una madre cariñosa que nunca le abandonaría.
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