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Un cachorro devuelto dos veces al refugio espera que su nueva madre quiera quedárselo
Es tan desgarrador cuando los perros son devueltos al refugio después de ser adoptados, sus cabezas tristes y decepcionadas hacen que se te salten las lágrimas.
Por desgracia, esto ocurre con demasiada frecuencia y le pasó al perro de esta historia.
Lola fue devuelta al refugio no una, sino dos veces en siete meses.
Por ello, Lola estaba decidida a causar la mejor impresión posible a la siguiente familia a la que acudiera.
Eso es exactamente lo que hizo.
Un triste comienzo
La historia de Lola comienza con tristeza. En solo siete meses, la devolvieron al refugio dos veces.
Estaba muy triste y confuso.
Pero Lola nunca perdió la esperanza.
Quería encontrar una familia que la quisiera para siempre.
Nueva esperanza
Un día, una mujer llamada Christina vio la foto de Lola en la página web de una protectora de animales.
Los ojos de Lola parecían tan tristes, era como el perro de la infancia de Christina.
Christina sabía que tenía que conocer a Lola.
"Recuerdo que vi sus ojos tristes en la foto y supe que tenía que llevármela a casa. Llegó con su madre de acogida y era una niña tan dulce que enseguida se sentó a mis pies y me miró", cuenta Christina.
Un hogar para siempre
Cuando Lola conoció a su nueva dueña, Christina, supo que había encontrado un hogar para siempre.
Se acurrucó junto a Christina y enseguida le demostró su amor.
Christina estaba decidida a dar a Lola el amor y los cuidados que merecía.
"La primera noche que la llevé a casa, se tumbó encima de mí durante horas y me abrazó. Me sorprendió lo rápido que se acostumbró a mí, porque en ese momento yo sólo había pasado con ella el trayecto de vuelta a casa. Era como si estuviera muy agradecida y por eso también supe que no podía abandonarla", dice Christina.
Desafíos y amor
Por desgracia, todas sus experiencias pasadas dejaron huella en Lola, por lo que acabó haciendo cosas que en realidad no estaban destinadas a ser.
Afortunadamente, sus nuevos padres comprendieron su situación y fueron muy pacientes con ella desde el principio.
Cavó en el patio trasero e intentó jugar con el perro del vecino.
Pero Christina y su familia tuvieron paciencia. Sabían que Lola necesitaba tiempo para adaptarse.
"Tuvimos problemas cuando se metió en el patio e intentó atravesar la valla para jugar con el perro del vecino. Puso a prueba nuestra paciencia, pero sabíamos que si nosotros no teníamos paciencia, nadie la tendría", dice Christina.
"Lola me ha enseñado a ser paciente y perseverante. No puedes rendirte sean cuales sean los retos", afirma Christina.
Felices para siempre
Con el tiempo, el comportamiento de Lola mejoró. Se alegró de su nuevo papel de hermana mayor de un cachorro llamado Lenny.
Juntos jugaron y se abrazaron y trajeron la felicidad al hogar de Christina.
"Lo mejor de mi día es llegar a casa y pasar tiempo con ella. Tiene un lugar muy especial en mi corazón", dice Christina.
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