Un perro temeroso no se atreve a mirar a sus nuevos dueños hasta que se da cuenta de que por fin está a salvo
La gente a veces olvida que los perros tienen sentimientos.
Los perros pueden ser felices cuando juegan con sus dueños, pero también pueden sentirse tristes cuando alguien les hace daño.
Algunas personas no se dan cuenta de que los perros también necesitan amabilidad y respeto, igual que los humanos.
Cuando los perros son maltratados, pueden perder la confianza en todo el mundo.
Esto dificulta las cosas a las personas que quieren ayudarles, porque tienen que volver a ganarse la confianza del perro.
Un nuevo comienzo
Un día, una amable mujer, Kelly, entró en la vida de Walt.
Kelly quería ayudar a los perros que necesitaban amor y cuidados, así que decidió adoptar un perro.
Cuando conoció a Walt, supo que era a él a quien quería ayudar.
Walt era muy tímido y reservado.
Ya no sabía cómo confiar en la gente.
Evitaba el contacto visual y prefería dormir fuera que en casa de Kelly.
"Cuando lo recogimos, estaba muy asustado. Ni siquiera nos miraba a los ojos en el coche. Alguien le había fallado una vez", dijo Kelly.
Incluso cuando reunía el valor para entrar en la casa, se pasaba el tiempo en el pasillo y no entraba en otras habitaciones.
Lo único que hacía era mirar inmóvil a una pared durante horas porque no quería molestar a nadie.
"Incluso cuando le tocaba para consolarle, se alejaba de mí porque temía que le hiciera daño", cuenta Kelly.
Generar confianza
Kelly lo intentó todo para demostrar a Walt que estaba a salvo con ella.
Le preparó una cama acogedora, pero Walt no comprendió que era para él.
Siguió durmiendo en el suelo, temeroso de volver a confiar.
Pero Kelly no se rindió. Le demostró a Walt amor y paciencia todos los días. Y poco a poco Walt empezó a confiar en ella.
Se dio cuenta de que la casa de Kelly era un lugar seguro para él.
"Yo estaba sentada en el sofá viendo la tele y él entró y puso la cabeza debajo de mi mano, como diciendo: 'Quiéreme'. Cuando lo trajimos aquí ni siquiera sabía lo que era eso", me dijo Kelly.
Transformación
Con el tiempo, Walt empezó a cambiar.
Empezó a jugar con Kelly e incluso inventó su propio juego, saltando y corriendo por el jardín.
Walt incluso se hizo amigo del otro perro de Kelly...
Aunque el otro perro era bastante más pequeño que él, los dos consiguieron alcanzar el equilibrio perfecto en su relación.
Un final feliz
Gracias al amor y los cuidados de Kelly, la vida de Walt cambió a mejor.
Pasó de ser un perro asustado que evitaba el contacto visual a un cachorro feliz al que le encantaba pasar tiempo con sus personas favoritas.
"Ha sido una de las cosas más gratificantes que he hecho en toda mi vida..... No se merecen otra cosa que gente que les quiera", dijo Kelly.
Gracias, Kelly. Y gracias a todas las personas que han dedicado su vida a salvar a perros que necesitan ayuda.
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