Un perro con una pata paralizada se tumba en la carretera y llora hasta que alguien acude en su ayuda

Un día, un grupo de rescatadores oyó sonidos suaves procedentes de una zona cercana.

Aparcaron el coche y fueron a investigar.

Para su sorpresa, encontraron un perro tirado en la hierba y pidiendo ayuda.

A pesar de su aspecto dulce, estaba claro que estaba asustada y sólo quería ayuda para salir de su situación.

Descubrimiento de un perro en apuros

El pobre perro parecía asustado y suplicaba ayuda.

Al examinarla más detenidamente, vieron que algo iba mal en una de sus piernas.

Ésta parecía estar paralizada, por lo que era incapaz de moverse correctamente.

A pesar de su miedo, los rescatadores se acercaron a ella con delicadeza y le ofrecieron comida para ganarse su confianza.

La perra, aunque tímida, aceptó agradecida la comida, pero luego volvió a marcharse porque era muy tímida.

No dejaban de convencerla para que volviera con más bocadillos.

Como llevaba mucho tiempo sin comer, volvió de forma natural.

Además de su pata paralizada, la perra también necesitaba atención urgente.

Su pelaje estaba enmarañado y le causaba molestias.

Los rescatadores consiguieron recogerla, meterla en un coche y llevarla a una peluquería para que la acicalaran.

Se notaba que se sentía completamente aliviada cuando desapareció todo ese pelaje y empezó a mover la colita en señal de agradecimiento.

Al veterinario

Tras los cuidados del pelaje, los rescatadores llevaron al perro al veterinario para que lo examinara a fondo.

Cuando llegó el veterinario, le hicieron una radiografía rápida y descubrieron que tenía una deformidad en la pata.

El veterinario decidió que amputarle la pata era la mejor solución para el bienestar de la perra.

Aunque fue una decisión difícil, era necesario aliviar su sufrimiento.

La operación fue un éxito y la valiente perra comenzó su recuperación.

El comienzo de su nueva vida

Cinco días después, ya se movía muy bien.

Su salud también había mejorado enormemente y ya no sufría infecciones.

A pesar de los contratiempos, la perra se mantuvo positiva y deseosa de explorar su nuevo entorno.

Ahora que la habían despedido, sus salvadores la llevaron a un parque cercano y estaba encantada de corretear y jugar.

Cuando vieron lo mona y juguetona que era, decidieron que debía estar con ellos.

Fue adoptada por sus increíbles salvadores.

Aunque esta perra tuvo una vida dura, acabó mejorando con la ayuda de sus nuevos y cariñosos padres.