Un pit bull rescatado con un tumor del tamaño de una pelota de voleibol recibe una segunda oportunidad
Los refugios de animales realizan una enorme labor dando una segunda oportunidad a las mascotas.
Algunos animales llegan en condiciones terribles, pero aun así reciben el cariño y los cuidados que necesitan.
También fue el caso de Libby, una perra con un tumor del tamaño de una pelota de voleibol.
Pero su historia, afortunadamente, tiene un final feliz.
En agosto, la Humane Society for Tacoma and Pierce County, en el estado de Washington, acogió a una pit bull llamada Libby.
Contaron que el perro estaba "lleno de vida" y tenía una "cara dulce y ojos amables".
Sin embargo, Libby también tenía un grave problema de salud: un tumor de 5 kg del tamaño de una pelota de voleibol, uno de los mayores tumores que habían visto nunca.
"Cuando vimos a Libby, lo primero que nos llamó la atención fue su carita dulce y sus ojos amables. Lo segundo que nos llamó la atención fue la masa del tamaño de una pelota de voleibol que tenía en el hombro", nos dijo el personal del refugio.
La valiente lucha de Libby contra el cáncer
Un examen más detenido reveló la desgarradora verdad: Libby tenía cáncer.
El tumor de su pata era tan grande que se hinchó hasta alcanzar el tamaño de una pelota de voleibol, lo que le causaba un gran dolor al moverse.
La única forma de salvarle la vida era amputarle la pata. Con el corazón dolorido, el refugio tomó la difícil decisión.
"Tenía un tumor enorme en el hueso de la parte superior de la pata derecha, lo que le provocó una reacción inflamatoria que le dejó la pata del tamaño de una pelota de voleibol y apenas podía moverse por el dolor", nos contaron en la protectora.
Amor comunitario
La comunidad local de Tacoma se unió para apoyar a Libby y aportó generosas donaciones para cubrir sus gastos médicos.
La Humane Society expresó su profunda gratitud por el enorme apoyo recibido y reconoció el papel crucial de la participación de la comunidad en la ayuda a los animales domésticos necesitados.
El camino hacia la recuperación y el amor
El viaje de Libby no terminó tras la operación. Durante su recuperación, cautivó el corazón de un técnico veterinario que la cuidó.
A pesar de conocer el diagnóstico de Libby de un agresivo cáncer de huesos y de su escaso tiempo en la Tierra, el ingeniero decidió adoptarla.
"Después de ver el espíritu cariñoso de Libby, no fue ninguna sorpresa lo que ocurrió a continuación. El veterinario se enamoró de inmediato y decidió adoptar a la dulce Libby", nos cuentan en la protectora.
En su nuevo hogar, Libby ha pasado a llamarse Wiggles. Vive feliz rodeada de gente que la quiere y disfruta de agradables siestas en el sofá envuelta en cálidas mantas.
"Hay algo en sus ojos que pide amor y protección", me dijo la nueva madre de Libby. "No podía apartarme de eso".
A pesar de todas las dificultades, una pequeña pit bull llamada Wiggles consiguió un nuevo hogar. Ella nos inspira a todos para marcar la diferencia en favor de los animales necesitados.
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