Los rescatadores encuentran a un dulce perro atado junto al cementerio y se entristecen profundamente
Los perros merecen ser mimados con infinito amor y cuidados.
Hacerles felices y verles florecer cada día es una de nuestras mayores alegrías en la vida.
Se me parte el corazón cada vez que recuerdo que hay personas despiadadas capaces de maltratar a animales inocentes e indefensos.
Esta historia trata de Magnolia, una preciosa perra que, por desgracia, también sufrió malos tratos y abusos.
Tras ser atada cerca de un cementerio de Texas, empezó a ladrar y a pedir ayuda.
Asustada e indefensa, esperaba que alguien oyera sus ladridos y acudiera a rescatarla.
La llamada de auxilio de Magnolia
Magnolia estaba atada a un árbol, asustada y sola.
Ladraba y lloraba, esperando que alguien la oyera y viniera a rescatarla.
Afortunadamente, la amable gente de Beaumont Animal Care escuchó sus gritos desesperados.
Rachel Bush, asistente veterinaria y supervisora de la perrera, declaró:
"El personal del refugio estaba tan desolado que la encontraron atada a un árbol sin cobijo ni agua. Los ladridos de Magnolia se habían vuelto roncos de tanto pedir ayuda toda la noche".
El rescate
El personal del refugio se apresuró a socorrer a Magnolia y siguió el sonido de sus ladridos hasta lo más profundo del bosque.
Allí encontraron a un perro asustado atado a un árbol.
Desatarla resultó todo un reto, ya que Magnolia estaba muy asustada y desconfiaba de la gente.
Con voz suave y mucha paciencia, los rescatadores convencieron a Magnolia de que estaban allí para ayudarla.
La desataron y la llevaron al refugio.
Amor y cuidado
En el refugio de Beaumont, Magnolia fue colmada de amor y cuidados.
El personal trabajó con ella con delicadeza y paciencia.
Poco a poco, Magnolia fue mostrando su verdadera personalidad: era simpática y cariñosa.
Se hizo amiga tanto de los humanos como de otros perros del refugio.
"Se sintió relajada y segura y afloró su verdadera personalidad. Se hizo amiga de todo el mundo e hizo muchos amigos en el refugio de Beaumont" nos contó Rachel Bush.
A la espera de un nuevo hogar
Ahora Magnolia sigue en el refugio, esperando su nuevo hogar.
A pesar de su pasado, se ha convertido en una cachorra sociable y amistosa que disfruta de su tiempo tanto con personas como con perros.
Estamos seguros de que la dulce Magnolia pronto robará el corazón de sus nuevos dueños, que la adorarán y la colmarán de cariño.
Este precioso perro se merece toda la felicidad del mundo.
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