Un cachorro asustado que no paraba de llorar en un refugio consigue un hogar definitivo

Amira_Lopez
Por Amira López
Actualizado: 5 diciembre 2024
Angstige puppy die in het asiel bleef huilen krijgt een gouden mandje 1

Cuando los perros callejeros son rescatados y llevados a un refugio, suelen tener traumas y miedos.

A veces no sabemos por lo que han pasado. Lo que sí sabemos es que necesitan mucho amor y cuidados para superar su duelo.

En esta historia, hablamos de Lucy, una dulce cachorrita de un refugio que estaba abrumada por el miedo.

Desde su llegada al Austin Animal Center, en Texas, no paraba de llorar.

El personal del refugio fue muy amable y cariñoso con Lucy. No paraban de abrazarla y le daban mucho cariño.

La perrita les hizo saber que estaba agradecida por sus cuidados moviendo la cola. Aun así, siguió llorando.

El personal era consciente de que tardaría algún tiempo en superar sus miedos.

"Estaba aterrorizada. No sabíamos si era por toda esa gente nueva o porque había estado antes en un refugio, pero sabíamos que había sufrido un trauma", dice Morgan, que visitó a Lucy en su perrera.

El grito de ayuda de Lucy

Lucy tenía una pierna herida y necesitaba cuidados especiales.

Morgan, conmovida por el estado de angustia de Lucy, decide junto con su amiga Emily llevar a Lucy a casa y hacerla feliz de nuevo.

En un principio, sólo pensaban darle a Lucy un hogar de acogida, pero esto pronto cambió.

"Así que pensé: 'Sólo vamos a acoger a este cachorro'. Pero cuando la tuve en mis brazos dos minutos después, dije: 'Esta perra va a ser nuestra'.

Generar confianza

Cuando Lucy entró en su nuevo hogar, su vida cambió. Morgan le dio un buen baño y, por suerte, a Lucy le encantó.

Al principio, Lucy seguía teniendo miedo de todo. No quería salir a la calle y volvía corriendo al interior cuando querían sacarla a pasear.

Morgan y Emily sabían que Lucy necesitaba tiempo para superar sus miedos.

Empezaron con paseos cortos y poco a poco fueron aumentando.

Caminar no sólo ayudó a Lucy a acostumbrarse a nuevos sonidos y personas, sino que también fue bueno para su pierna lesionada.

"Es increíblemente dulce, ¡súper dulce! Es tan perfecta", dijo Morgan cuando Lucy empezó a convertirse en una perra feliz y segura de sí misma que disfrutaba de la vida.

Un final feliz

La transformación de Lucy no se detuvo ahí. Se convirtió en una cachorrita cariñosa, a la que le encantaba acurrucarse en el sofá.

Sorprendentemente, también desarrolló un fuerte vínculo con el gato de la familia y se hicieron muy amigos.

Les gusta corretear juntos y darse dulces besos.

Ahora Lucy vive su mejor vida. La familia la quiere muchísimo y no se imaginan su vida sin ella.

Ha encontrado la felicidad que buscaba y eso me alegra mucho.

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