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Un veterinario se mete en una perrera para dormir con su perro herido grave en un incendio
La vida de Taka casi acaba en un incendio.
La casa del perro Shiba Inu, de 8 años, se incendió mientras estaba en un porche cubierto.
Por mucho que su familia lo intentó, no pudieron llegar a tiempo y tuvieron que salir corriendo de la casa.
Afortunadamente, Taka consiguió escapar de la veranda por sus propios medios y corrió hacia la calle.
Un buen vecino acabó encontrándolo y lo llevó de urgencia al hospital Care More Animal Hospital de Martinez, Georgia.
El dolor y la curación de Taka
Cuando Taka llegó al hospital, los veterinarios vieron que estaba gravemente herido. Tenía quemaduras en los ojos, la boca, las orejas y el abdomen. Se estaba quedando ciego.
Taka tenía problemas para respirar, así que el equipo lo llevó a una clínica especial donde podía utilizar una máquina para respirar mejor.
Al cabo de unos días, Taka se puso más fuerte y volvió a Care More Animal Hospital.
Todos se esforzaron para que se sintiera mejor.
Un vínculo especial
"Intento tratar a todos mis pacientes de la misma manera, pero su caso me tocó un poco más el corazón", dijo Emily Martin. "Cuando llegó, chillaba de dolor... pero se calmó en cuanto te sentaste con él y le cantaste".
Emily habló con la familia de Taka poco después de su llegada al hospital de animales y acabaron entregándoselo por el bien de su salud.
Como el hospital no está abierto las 24 horas del día, Emily se llevó a Taka a casa una noche para que no tuviera que dormir solo.
"Estuve despierta toda la noche con él, así que al día siguiente los dos estábamos agotados", cuenta Emily.
Al día siguiente, en el hospital, Emily se metió en la caseta de Taka y se echaron la siesta juntos. Un colega de Emily captó el momento en una foto.
Para Emily, una de las cualidades más especiales de Taka es lo dulce que es, a pesar de todo lo que ha pasado.
"No tiene ningún hueso malo en el cuerpo", dice Martin. "A menudo, cuando los animales sufren, empiezan a morder, sólo porque les duele, pero él no ha intentado morder ni una sola vez. De hecho, se siente reconfortado por la gente".
Apoyo de la comunidad y personalidad de Taka
El camino de Taka hacia la recuperación era aún incierto, pero comía y se cuidaba. Lo mejor fue que la comunidad conoció la historia de Taka y recaudó dinero para pagar sus facturas médicas. Sabían que Taka era especial.
Cuando Taka empezó a sentirse mejor, surgió su personalidad. Le encantaban los masajes en la barriga, la buena comida y acurrucarse con la gente. Era un perro amistoso y fuerte.
¿Qué le espera a Taka?
Emily Martin, que quería mucho a Taka, pensó en adoptarlo. Pero ya tenía muchos perros y un bebé, así que fue una decisión difícil. Cuando Taka encuentre un nuevo hogar, Emily quiere que sea con personas que lo cuiden bien y sepan lo especial que es.
La historia de Taka nos enseña que podemos encontrar esperanza incluso en tiempos difíciles y que hay gente amable que quiere ayudar. La valentía de Taka y el amor de la comunidad nos demuestran que podemos marcar la diferencia y que incluso un pequeño acto de bondad puede cambiar una vida.
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