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Una mujer descubre un cachorro herido mientras estaba de vacaciones y le da la mejor vida posible
Cuando Diana Salinas se fue de vacaciones, no podía imaginar que se encontraría con una criatura peluda que cambiaría su vida para siempre.
Cuando su padre vio a un perro callejero hambriento, llamó a Diana y le pidió que alimentara al pequeño cachorro, que claramente necesitaba ayuda.
En cuanto Diana vio a la indefensa perrita arrastrando las patas traseras, se le encogió el corazón.
El descubrimiento
Durante unas vacaciones, el padre de Diana vio a un cachorrito hambriento.
El cachorro necesitaba ayuda y a Diana se le encogió el corazón al ver cómo el animal arrastraba las patas traseras.
Estaba decidida a ayudar al pequeño cachorro.
Adopción
Diana estaba preocupada por la salud del cachorro y no se atrevía a abandonarlo.
Acogió a la perrita y decidió adoptarla una vez de vuelta en EE.UU. La llamó Pinta.
A Diana y a su padre les preocupaba que Pinta sufriera mucho y que el veterinario sugiriera sacrificarla.
Cuando sus vacaciones tocaban a su fin, Diana se vio en apuros para encontrar el veterinario que atendiera a su perrito lo mejor posible.
Diana cuenta: "El día que debía volver a casa, encontré justo a tiempo a un médico dispuesto a atenderla. Descubrieron que se había roto las vértebras y también una de las piernas".
El veterinario diagnosticó a Pinta una vértebra fracturada y una pata rota. Había que operarla para salvarle la vida.
Antes de volar de vuelta a casa, Diana pagó la operación y confió a Pinta los cuidados de su veterinario.
Diana respiró aliviada cuando supo que la operación había sido un éxito.
Reunificación
Durante cuatro meses, Diana recibió actualizaciones periódicas sobre la recuperación de Pinta.
Esperaba con impaciencia el día de su reencuentro.
La madre de Diana voló para recoger a Pinta y llevarla a su nuevo hogar en California.
Diana compartió feliz: "Ahora tiene una personalidad enorme. Ahora le encanta jugar. Le encanta la gente. Su personalidad es supertonta".
Una vida feliz en California
En su nuevo hogar, Pinta se adaptó rápidamente. Diana la colmó de amor y la vida de Pinta cambió.
Aprendió a nadar, mejoró su forma de andar y brilló su carácter alegre.
Aunque no siempre fue fácil cuidar de Pinta, Diana volvería a hacerlo sin dudarlo.
Para ella, la mayor recompensa fue ver cómo Pinta se convertía en una perra feliz que disfrutaba de la vida.
Diana dijo: "La quiero mucho. Estoy muy contenta de que esté en mi vida y espero que esté en la mía y en la de mis amigos durante muchos años .... Queremos darle la mejor vida posible que un perro pueda tener".
Doy las gracias a Diana y a su familia por salvarla y darle la vida que se merece.
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