Una perra leal espera durante días en la puerta del hospital a su dueño, que no llega
No hay mayor pena que perder a tu persona favorita en el mundo.
Incluso nuestros fieles amigos de cuatro patas sienten esta tristeza.
En Compton, California, se cuenta la historia de una perra de un año que no podía aceptar que su dueño no volviera nunca del hospital.
Esta valiente perra esperó durante días, incluso durante un huracán, con la esperanza de volver a ver a su dueño.
Es una historia de amor y lealtad que le llegará profundamente al corazón.
Un vínculo afectivo
El propietario de Hilary se puso muy enfermo y tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital Martin Luther King.
Hilary no entendía lo que estaba pasando, pero sabía que necesitaba estar con él.
Siguió a la ambulancia hasta el hospital. Era tan leal.
La larga espera
Cuando llegaron al hospital, Hilary vio cómo llevaban a su dueña en camilla.
Tenía tantas ganas de estar con él, pero la seguridad del hospital la detuvo en la puerta. No entendía por qué no la dejaban entrar.
Por desgracia, su persona favorita murió poco después de ser ingresado, ¡pero ella no lo sabía!
Durante diez largos días, Hilary esperó fuera del hospital a que saliera su dueño.
No comía y no tenía un lugar seguro donde dormir. Se quedó mirando la entrada del hospital, esperando a que él saliera.
Un rayo de esperanza
El personal del hospital vio lo leal que era Hilary y quiso ayudarla.
Pidieron ayuda a Suzette Hall, de Logan's Legacy, una organización de rescate de perros.
Suzette se sintió conmovida por la historia de Hilary y supo que tenía que ayudar.
Suzette preparó una trampa con golosinas para atraer a Hilary. Vio cómo la perra caía en la trampa.
Incluso después de ser rescatada, Hilary siguió mirando en dirección al hospital, con la esperanza de ver a su dueño.
Un nuevo comienzo
Suzette llevó a Hilary al Camino Pet Hospital para asegurarse de que estaba sana.
A continuación, la acogieron en un hogar de acogida con Laura, que hizo todo lo posible por ayudar a Hilary a recuperarse.
El personal del hospital la había llamado Hilary (por el huracán al que había sobrevivido).
Hilary empezó a adaptarse poco a poco a su nueva vida, haciéndose amiga de la gente y de otros perros.
"Le encantan las personas y otros perros. Tiene aproximadamente un año y pesa algo más de 5 kg. Es muy lista y será muy divertido adiestrarla. Todavía está un poco tensa en los paseos, pero cada día está mejor", dice Laura.
La historia de Hilary es una historia de amor y lealtad. Aunque siempre recordará a su primer dueño, está buscando una nueva familia. Aportará felicidad a un nuevo hogar y empezará de cero.
Como dijo Suzette Hall:
"Su corazón está roto, puedes verlo en sus ojos... tan increíblemente leal". Y un día, su lealtad brillará en un nuevo hogar lleno de amor.
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